Hoy, 3 de septiembre, comienza la segunda parte de la segunda temporada de la serie Miércoles, fenómeno entre jóvenes y adolescentes, y con ello Lady Gaga ha estrenado su canción para la serie, The Dead Dance, aprovechando el papel que interpreta como la profesora Rosaline Rotwood en esta nueva entrega.
Lady Gaga siempre ha estado muy vinculada a lo oscuro, lo tenebroso, a Halloween y a lo terrorífico. Su relación con la serie no es nueva: basta recordar cómo Bloody Mary, un tema de 2011, resurgió inesperadamente hasta convertirse en uno de los mayores éxitos virales gracias a una de las escenas más icónicas, donde Miércoles Addams la baila con su estilo tan peculiar.
Un puente sonoro entre MAYHEM y Miércoles
The Dead Dance sigue la temática y la estética de su último proyecto, MAYHEM, con sonidos que mezclan pop, disco e incluso tintes industriales, bajo la producción de Andrew Watt y Cirkut, al igual que el resto del álbum. La canción encaja con naturalidad entre el universo sonoro de Gaga y el de la serie, aunque peca de tener un estribillo algo plano que puede volverse repetitivo. Aun así, cumple su cometido: ser un tema directo, fácil de retener y con la energía necesaria para funcionar en un contexto audiovisual.
Más allá de lo musical, el estreno de esta canción refuerza el papel de Gaga como una artista camaleónica capaz de adaptarse a distintos lenguajes narrativos. No se limita a entregar un simple single promocional: convierte The Dead Dance en una pieza que amplía el imaginario tanto de Miércoles como de MAYHEM sin perder una pizca de su esencia y de su propio universo artístico.
Tim Burton y la Isla de las Muñecas
El videoclip está dirigido por Tim Burton y eso explica muchas cosas. En él Gaga aparece como una muñeca de porcelana agrietada que despierta cuando suena la música, y traduce la idea de la canción: te rompen por dentro y sales del bache bailando. Además, se ha rodado en la Isla de las Muñecas, en Xochimilco, (México), un lugar real lleno de muñecas envejecidas que refuerza el tono gótico y la metáfora de “revivir” en la pista.